Cuando entendí que el caos era belleza: mi camino hacia una fotografía de maternidad real y honesta.
- mismaorbita
- 19 may
- 2 Min. de lectura

Hubo un tiempo en el que pensé que necesitaba escenarios perfectos para fotografiar maternidad.
Fondos bonitos. Diademas. Temáticas.
Un estudio lleno de atrezzo cuidadosamente elegido y luz medida al milímetro.
Pero algo dentro de mí susurraba:Esto no es para mi,. Esto no se parece a lo que es ser madre.
Todo empezó, en realidad, sin una cámara.
Fue con mi marido.
Él comenzó a grabar a nuestro hijo… sin preparar nada, sin avisos. Solo… siendo él.
La hora del baño, con rizos mojados pegados a la frente.
Los paseos en bici por las casas de alrededor.
Las comidas con la cara manchada y carcajadas entre bocados.
Nuestra casa: desordenada, caótica, imperfecta.
Recuerdo ver uno de esos vídeos y pensar: Buf, esto sí que es nosotros.
Así que, cuando comencé mi camino como fotógrafa, empecé haciendo lo que hacían todos: decorados, ropita combinada, sonrisas forzadas. Lo intenté de verdad.Pero no me sentía conectada - no sólo como fotógrafa, si no como madre.
Porque cuando yo miro a mi hijo, no quiero recordar el salón estaba recogido.
Quiero recordar cómo se reía.
Cómo su pelo se enredaba después de dormir la siesta.
Cómo bailábamos descalzos por el jardín.
Ahí entendí que quería crear algo que las madres como yo pudiéramos atesorar — no algo perfecto, sino la realidad de nuestra familia.
Un pequeño legado visual que, un día, nuestros hijos mirarán y reconocerán: así era mi infancia.
caótica, tierna, a veces dura, pero sobre todo absolutamente preciosa.
Porque eso es lo que ellos siempre van a recordar. Eso es lo que realmente importa.
Ahora puedo fotografíar maternidades tal y como son: instintivas, emocionales y profundamente humanas..
El desorden, el amor, el cansancio, la belleza. Todo..
Gracias a cada madre que me ha abierto la puerta.
Que me ha confiado su realidad.
Vosotras me habéis ayudado a encontrarme a mi misma.
Yorumlar